sábado, 30 de noviembre de 2013

"Espalda de ternera Wanda": plato erótico por excelencia.










Entre las recetas eróticas, posiblemente ésta, con nombre de muje refinada, sea de las más completas y ricas.

Ingredientes:
- 1/2 kilo de espalda de ternera
- 1 vaso pequeño de vodka
- 200 grs. de jamón de York
- 2 petit suisse
- 2 huevos
- 120 grs. de champiñones naturales (nada de lata)
- 1 taza de leche
- Cebollitas y perejil
- 1 lata de foie-gras (evitar los sucedáneos)
- 5 porciones de mantequilla (tipo Arias)
- 4 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra
- 1 tacita de café de crema de leche
- pimienta, sal y un pelín de nuez moscada
- Un tazón grande de caldo de carne (puede utilizarse una porción entera de doble caldo de carne)

Elaboración:
Se limpian los champiñones y, en trozos, se saltean con mantequilla. Se corta el jamón de york en trocitos pequeños. Se pasa todo a un recipiente hondo, donde se incorporan los petit-suisse, los huevos y el foie-gras, junto con las cebollitas muy picadas y el perejil. Se sazona todo con la sal, pimienta y nuez moscada. Al recipiente se le añade el vaso de vodka y se remueve bien. A parte, se golpea la espalda de ternera sobre una tabla de cocina para rellenarla con el preparado anterior. Se enrolla y ata muy bien. Se pasa el rollo grande a una cazuela y se deja cocer durante una hora con la mantequilla y el aceite, agregándole poco a poco el caldo. Antes de retirarlo del fuego, se le agrega la crema de leche. Se lonchea el rollo y se sirve, bien como loncha o en trocitos, para que quede diseminado el relleno. En una salsera, se pone toda el jugo o salsa para rociar la carne y el relleno.

Comentario:

He aquí un plato desorientado que los más que sospechosos líderes de UGT y CCOO atribuyen a los rusos de la antigua Unión Soviética, aunque es poco creíble dar esta identidad a un plato en el que intervienen 2 "petit suisse". Más bien se trata de una receta de laboratorio culinario ducal anterior a la Revolución de Octubre o de un restaurante de "rusos blancos" emigrados, en París de la Francia. En cualquier caso, un plato que se llame "Espalda de ternera Wanda", merece sobrevivir y el título (o nombre)  proporciona un 50% de instrumental de ligue, a partir del momento en que el acompañante pone una mano tibia por lo calórico del plato sobre la otra mano del anfitrión y pregunta: ¿Quién es Wanda? ... Wanda y su espalda sobre el mantel y la penumbra. Si fuera yo el comensal, diría que Wanda era una antigua compañera de trabajo -por más señas argentina- que estaba más buena que el pan. A la hora de hincarle el diente, los comensales han de estar cerca de alcoba perfumada con suaves inciensos, preferentemente los del Sultanato de Omán. La ternera es lo de menos.

Como siempre, ruego que me hagan llegar los efectos de esta receta.

¡BUEN PROVECHO!

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