viernes, 22 de noviembre de 2013

Ostras a la Maryland






Hoy mi oferta de "receta erótica" son unas ostras rebozadas. Un platillo que me enseñó mi viejo amigo (q.e.p.d.) Manolo Vázquez Montalbán. Le voy a añadir dos salsas, de limón y de una crema especial, muy aromática.

Ingredientes: 
- Dos docenas de ostras fresquísimas
- 2 huevos; si son de gallina de campo, mejor, porque suelen ser más promíscuas
- 1 cucharada de sal de apio
- Pan rallado
- 100 gramos de mantequilla
- Rebanadas de pan

Elaboración:
Se escalfan las ostras sin las conchas en su propia agua colada. Se bate un huevo con una cucharada de agua hirviendo y se le añade una cucharada de sal de apio. Se rebozan las ostras con este huevo y después en pan y se saltean en mantequilla. Una vez doradas se sirven sobre tostadas de pan blanco. A parte se ofrece un par de salsas, una con crema y sal de apio y otra con limón.

Comentario:
Plato de capricho que puede comerse a mesa puesta o con los cuerpos entregados al relax de una "chaise longue" con muchos almohadones. La distancia entre ambos comensales -chico y chica; chico y chico; chica y chica... o, en su caso, todos juntos- debe permitir dar de comer al otro, ostra a ostra, beso a beso, y utilizar la salsa de crema y sal de apio como ungüento para zonas frías o vaselina para zonas rígidas. Si alguno de los comensales es profesor ilustrado, puede permitírsele  -antes de comer-  improvisar un discurso de no más de dos minutos para que exponga la importancia de la desnudez de la ostra y la estucha con harina y huevo para darle apariencia y textura de croqueta. 
Es un guiso de parejas maduras, no sólo por el poder adquisitivo que se requiere, sino porque sólo a partir de ciertas edades se dispone del suficiente escepticismo ante el placer y la naturaleza como para estropear dos docenas de ostras... estropear -se entiende- con la curiosidad de elevar la ostra a la condición de otra cosa, sin que se sepa a ciencia cierta de qué cosa se trata. 

Como siempre, se ruega que me hagan llegar la experiencia de la degustación y efectos.  


No hay comentarios:

Publicar un comentario