jueves, 2 de mayo de 2013

RECETAS ERÓTICAS: ENSALADA DE OSTRAS Y LUBINA





Sigo con las recetas eróticas que tanto éxito (no público) ha tenido la primera de "Flores de calabaza fritas". Hoy os presento una "Ensalada de Ostras y Lubina", muy sencilla de preparar y con efectos tremendos e inmediatos; si bien, requiere una puesta en escena con mucha imaginación.

ENSALADA DE OSTRAS Y LUBINA

Ingredientes:
- 1 kilo de lubina salvaje; cuanto más salvaje, mejor.
- Docena y media de ostras, de las grandes
- Un limón
- Aceite de oliva y vinagre (de vino peleón)
- Sal y pimienta
- Hierbas aromáticas

Elaboración:
Las partes nobles de la lubina, después de sacarles la piel, espinas y desperdicios, se envuelven en papel de aluminio y se ponen en la nevera a frío intenso durante 24 horas, al objeto de poder cortar luego el pescado en finas lonchas.
Las lonchas de lubina se someten a maceración, con un chorretón de limón, aceite de oliva y unas gotas de vinagre; por encima, se salpimenta. El aderezo se complementa con las hierbas aromáticas, sin que falte el eneldo.
Las ostras gigantes se abren, se extrae el cuerpo y se pone sobre las láminas de lubina macerada, volcando encima el jugo del molusco. Se pueden adornar las partes de proteína con los vegetales.
A la hora de comerlo, el autor de la receta (mi amigo Vázquez Montalban, que en gloria esté) recomienda comer a la vez la ostra y la lubina.

COMENTARIO

Como ocurre con toda muestra de nueva cocina, este plato tiene mucho que ver con la práctica abstracta, porque la nueva cocina es a la vieja lo que un cuadro de Miró a un bodegón de Zurbarán. Por lo tanto, comer "nueva cocina" exige compañeros capaces de superar la tendencia de todo español y española a reivindicar a gritos la "patria del ajo y el chorizo". La ensalada suele sentar muy bien a los partidarios del arte por el arte. Está por ver el efecto plástico de un pedacito de lubina con la ostra a cuestas situado en el nordeste de un culo hermoso; eso sí, desparramado sobre una cama hecha con sábanas de lino mejor que de hilo. Puede prescindirse de la pamela, si es mujer; y, si es hombre, de los calcetines y el reloj de pulsera. En cualquier caso, la puesta en escena yo la recomiendo, aunque los efectos sin ella son tremendos e inmediatos. Como siempre, ruego encarecidamente que me hicieran llegar la experiencia y resultado.

¡BUEN PROVECHO!

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